Sólo respondió a las preguntas de su defensa

La infanta Cristina culpa al asesor fiscal de Nóos de verse involucrada en el caso

Admitió que había dejado de confiar en Marco Antonio Tejeiro después de que la implicara en la contabilidad de Aizoon. Se escudó constantemente en que la gestión la llevaba Urdangarin

La infanta declara ante el tribunal.
La infanta declara ante el tribunal.

La Escuela Balear de Administración Pública fue el escenario de una imagen histórica: la de una infanta de España declarando ante un tribunal como acusada de ser cooperadora necesaria en dos delitos contra la hacienda pública. Cristina de Borbón se desvinculó de la gestión del Instituto Nóos y de la empresa Aizoon y dejó caer su desconfianza sobre Marco Antonio Tejeiro, el contable que la involucró en el caso.

A las 18:13 comenzó a comparecer ante el tribunal. En un primer momento, el abogado de la hermana del rey Pablo Molins explicó que únicamente se sometería a sus preguntas acogiéndose al derecho de guardar silencio. Aún así, la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete ha querido formular las preguntas que tenía preparadas para la infanta.

Algunas de las cuestiones que planteó la abogada a Cristina fueron consideradas por el tribunal como poco apropiadas como por ejemplo cuando se le preguntó sobre la cuidadora de sus hijos y sobre si no se preocupaba por la forma en la que estaba contratada.

A pesar de ello, la hermana del rey Felipe VI prefirió mirar a la pantalla en donde la abogada aparecía formulando las preguntas sin querer mirarla directamente. En algunos momentos la infanta bajó la mirada mientras se formulaban una batería de preguntas por parte de la letrada.

Protesta contra Manos Limpias

En el momento en el que López Negrete comenzó a mostrar en la pantalla los documentos en los que supuestamente se habían metido facturas personales en las cuentas de la sociedad Aizoon durante su estancia en Washington, su abogado no se pudo contenerse y decidió protestar al tribunal.

Explicó que debido a la actitud de la letrada de Manos Limpias “exhibiendo” los documentos del procedimiento estaba “violentando” a su cliente ya que se había acogido a su derecho de no declarar.

A esta protesta -a la que más tarde se sumaron dos abogados más de la sala- el tribunal ha contestado que ambas partes tenían derecho a realizar lo que estaban haciendo, una a no declarar y la otra a preguntar y mostrar los documentos pertinentes.

Sin embargo, parece que esta explicación no convenció a Molins ya que durante un tiempo negó con la cabeza lo que estaba ocurriendo en la sala mientras resoplaba mirando al resto de sus compañeros.

Minutos más tarde, el abogado comenzó con las preguntas a la infanta Cristina en las que le hizo preguntar sobre la manera en la que dividían las tareas domésticas. La hermana del rey contestó que “su marido” era quien se encargaba de las cuestiones económicas mientras que ella se ocupaba de la vida familiar así como de acudir a los actos institucionales de la Casa Real.

La titularidad de la infanta en la sociedad Aizoon fue una de las cuestiones de las que más se habló durante los diferentes días en los que Iñaki Urdangarin ha prestado declaración. Sin embargo, hasta ayer por la tarde los abogados no escucharon a la Cristina.

 

-“¿En quién confia?” - “¿Confío... o confiaba?

Uno de los momentos más destacados de la declaración tuvo lugar cuando Molins le preguntó a su defendida respondió a una pregunta sobre en cuántas personas confiaba la infanta Cristina, ya que acababa de decir que ella firmaba documentos de Aizoon por confianza en Iñaki Urdangarin, al que en todo momento se refirió como “mi marido”.

“¿Confío o confiaba?”, repreguntó Cristina mientras se giraba hacia atrás, lo que provocó risas en la sala. La hermana de Felipe VI aseguró que en la época que ahora se juzga, confiaba en su esposo; en su secretario, Carlos García Revenga; en el asesor fiscal de la Casa del Rey, Federico Rubio; en sus compañeros de trabajo; y en el condeo de Fontao, José Manuel Romero, para los asuntos jurídicos, ya que era asesor jurídico de Zarzuela.

“Y también en el asesor fiscal de mi marido, aunque ahora no”, apostilló la ex duquesa de Palma. Este añadido no es baladí, ya que viene a suponer un duro reproche al que era contable de la empresa Aizoon, de la que la infanta poseía un 50% de la propiedad.

Hay que señalar que el contable Marco Antonio Tejeiro confesó en 2014 que la empresa Aizoon tenía como único objeto desviar de forma ilícita los fondos públicos que el Instituto Nóos conseguía de las administraciones públicas mediante contratos y patrocinios.

Tejeiro confesó a cambio de un pacto con el fiscal. Su testimonio apuntala los cargos contra Iñaki Urdangarin y contra Torres, y por extensión contra la infanta Cristina como copropietaria de Aizoon.

Aunque en la declaración que hizo hace unas semanas en el juicio oral Tejeiro descargó de reponsabilidad directa a la infanta sobre las actividades del Instituto Nóos y sobre el día a día de Aizoon, sí aseguró que la hija de Juan Carlos I cargaba facturas particulares.

Gestos de molestia ante las acusaciones

Al igual que lo hizo su marido horas antes, la infanta explicó que la sociedad había sido creada para “canalizar los ingresos” del ex jugador de balonmano del FC Barcelona. Afirmó que su marido se lo pidió y ella aceptó, aclarando que Iñaki Urdangarin tomaba las decisiones debido a las recomendaciones que le hacían sus asesores fiscales.

Mientras tanto, Cristina no paró de gesticular con las manos para intentar explicarse. La actividad que tenían sus extremidades eran las mismas que la de sus ojos ya que no paraban de recorrer la sala con cada pregunta que su abogado le realizaba.

La infanta, vestida de forma muy sobria -chaqueta negra, camiseta blanca, pantalones de color pardo y botines, con unos pequeños pendientes y sin collar- se mostró al principio algo más relajada. No se la vio beber de la botella de agua que se llevó con ella a la mesa de declaraciones.

Las preguntas de la abogada de Manos Limpias a las que no contestó le hicieron mostrarse más seria y en ocasiones con un gesto de verdadera molestia. Sin embargo, a las preguntas de su abogado respondió con mayor confianza.

Rotundamente no”

En el interrogatorio se abordó también la vinculación que tenía la hija de Juan Carlos I y si había acudido a algunas de las juntas. El abogado se preguntaba el por qué aparecía su firma en las actas si la imputada afirmaba que no asistió a las mismas. Una vez más quiso mostrar al tribunal que le pasaban los documentos y “los firmaba”.

La famosa tarjeta Visa de la infanta de la sociedad Aizoon así como los gastos de la misma, la secretaria de su marido así como la forma en la que Cristina realizaba la declaración de la renta fueron otros de las cuestiones por las que le preguntó Pablo Molins.

En el tramo final, hubo varias preguntas a las que contestó de forma contundente. “¿Se le pagaba en dinero en efectivo al servicio doméstico, como se ha dicho en el juicio?”, le inquirió su abogado, y la infanta respondió “rotundamente no”.

Por último, el abogado quiso preguntarle por sus cuentas y si alguna de ellas estaba en algún paraíso fiscal. La infanta contestó que ahora que vive en Ginebra tiene una cuenta abierta en Suiza: y para aclarar que eso no significa ninguna irregularidad, aseguró que está totalmente declarada a Hacienda.

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