Las dos procesiones de doña Sofía: una por invitación, la otra por devoción

Fue invitada a la del Cristo de la Buena Muerte en Málaga y acudió a la de los Alabarderos con la infanta Cristina

La reina emérita Sofía a su llegada a la celebración del traslado del Cristo de la Buena Muerte, en Málaga. ÁLEX ZEA/EUROPA PRESS
La reina emérita Sofía a su llegada a la celebración del traslado del Cristo de la Buena Muerte, en Málaga. ÁLEX ZEA/EUROPA PRESS
  1. Por invitación
  2. Devoción por el Cristo de los Alabarderos
  3. Por España
  4. Cristina pendiente de su tía 
La infanta Cristina, la Reina Sofía e Irene de Grecia en el Palacio Real de Madrid. - EUROPA PRESS
La infanta Cristina, la Reina Sofía e Irene de Grecia en el Palacio Real de Madrid. - EUROPA PRESS

Cumpliendo con las celebraciones de Semana Santa y mostrando su interés por la cultura y tradiciones españolas, la reina doña Sofía no faltó a una de las citas más importantes de la semana: las procesiones. 

Tras haber viajado a Mallorca, donde presenció el concierto anual de Pascua, doña Sofía acudió por vez primera a dos desfiles procesionales. El Jueves Santo, en Málaga, y el Viernes Santo, en Madrid, en ambos casos acompañado de su hermana, la princesa Irene de Grecia.

Por invitación

El jueves presenció en Málaga el desembarco de la Legión y el solemne traslado y entronización del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas en la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás. Asistió porque le había invitado.

“Fue invitada, por primera vez, por las autoridades castrenses”, cuentan a Monarquía Confidencial fuentes vinculadas a La Zarzuela, que añaden: “La reina estaba muy emocionada. No dudó en acudir a Málaga para vivir la devoción religiosa junto a los malagueños”. 

Aunque el viento y la lluvia hicieron acto de presencia, no impidió que un muy numeroso público se acercara, primero, a la zona del puerto y, posteriormente, por las calles, a la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás.

Devoción por el Cristo de los Alabarderos

A la segunda procesión, el Jueves Santo, en Madrid, doña Sofía acudió por devoción, tratándose del Cristo de los Alabarderos, según cuentan a MC las fuentes citadas, una cofradía vinculada a la Guardia Real, y por tanto a la Familia Real. 

Minutos antes de que comenzara la procesión, la reina recibió sonriente la medalla de la cofradía, que la infanta Cristina le colocó en el cuello. También les recibieron la infanta e Irene de Grecia.

Dentro del Palacio Real, en la Puerta del Príncipe, que da a la plaza de Oriente, se encontraban María Dolores de Cospedal y José Luis Martínez-Almeida, quien también había sido invitado a la procesión del Cristo de la Buena Muerte, en Málaga. 

Por España

Una vez fuera del Palacio Real, la reina vivió otro de los momentos especiales de la tarde: la ‘levantá’ del paso con el Cristo, que se realizó “por España”.

 

Antonio José Calahorro Delgado, mayordomo capataz de la Real Congregación del Santísimo Cristo de la Fe Cristo de los Alabarderos y María Santísima Inmaculada Reina de los Ángeles, le entregó a doña Sofía el llamador que utilizaba para golpear la campana del paso e iniciar la marcha. 

Tanto la reina como la infanta Cristina saludaron cariñosamente al nieto del mayordomo capataz, que se encontraba allí junto a su abuelo.

Cristina pendiente de su tía 

La infanta Cristina se mostró en todo momento pendiente de su tía, Irene de Grecia, a la que ayudaba a caminar cogiéndole del brazo. También le ofreció un pañuelo cuando lo necesitó, mientras que la reina Sofía caminaba a su lado sin perder el ritmo. 

Madre e hija hicieron una parada en el Casa Ciriaco, uno de los restaurantes preferidos de don Juan Carlos, para reponer fuerzas y reincorporarse a la procesión en su parte final. 

Tras una tarde llena de emociones, madre e hija se disponían a marcharse cuando recibieron los aplausos de los numerosos madrileños presentes. Agradecidas, saludaban y sonreían antes de subir al coche.

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