Interlocutores del Servicio Exterior explican las razones tras la presencia de Felipe VI en la entrega de los nuevos despachos de Embajada

Felipe VI, durante su discurso.

Don Felipe hace entrega hoy de los Despachos a los nuevos funcionarios de la Carrera Diplomática, que han superado antes una dura oposición del Estado y un posterior curso selectivo. El acto tiene lugar en la sede de la Escuela Diplomática, a las 10:00, en Madrid. Tras la apariencia protocolaria del acto, existen una serie de poderosas razones que explican la nada casual presencia de Felipe VI en la entrega. Fuentes del Servicio Exterior a las que ha tenido acceso Monarquía Confidencial detallan los motivos.

Este interlocutor recuerda que la Constitución establece que la Corona es la más alta representación del Estado. El Rey, de acuerdo con la citada fuente, hace cabeza de los embajadores, porque "él, de hecho, es el primer embajador". Todo el servicio diplomático, afirma este protagonista, tiene gran respeto por la Corona como catalizadora de la política exterior española para, acto seguido, a considerar que "el Rey, por tanto, está en el sitio donde debe estar; es decir, entregando los Despachos a los nuevos representantes del servicio diplomático español”.

“Felipe VI”, añade la fuente, “tiene la mejor experiencia sobre la política exterior española. España es un país internacionalmente conocido, y al Rey, como Jefe del Estado, todo el mundo le conoce y le respeta. Felipe VI, además, es una persona muy bien informada". Precisamente por su condición de persona conocida y respetada, esto le permite, a juicio del interlocutor, recibir una información que no llega a otras instituciones. "Habla con mucha gente, tanto dentro de su agenda oficial como fuera de ella. Maneja muchos inputs y datos. Todo, en su conjunto, le ofrece una gran percepción de la política exterior española”, sostiene el protagonista para este periódico.

Garantía de permanencia  

En el caso concreto de Felipe VI, esta fuente añade que el Rey, a nivel personal, tiene una “gran capacidad de análisis”. “Hablamos de alguien que es muy agudo y articulado. Sus ideas son perspicaces y, al mismo tiempo, tienen estructura y fondo. Esto es lo que necesita alguien que trabaje en el Servicio Exterior”, detalla la fuente.

El interlocutor aporta un motivo más que, no por el último, resulta menos importante: “La unidad de la acción exterior es fundamental en todo Estado. España tiene como nación unos intereses objetivos. Por ejemplo, la democracia y la igualdad de oportunidades. Gracias a una economía de puertas abiertas, podemos alcanzar una prosperidad que nos permite estar algo menos lejos de los objetivos señalados. Nuestros socios internacionales necesitan garantías de continuidad para mantener a futuro esos lazos que nos vinculan con ellos. Y aquí el papel del Rey es clave. Él, por encima de vaivenes, garantiza la permanencia del Estado y su continuidad”.

 

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