Navidad informal de la Familia Real británica

La reina Isabel II reunió a sus hijos y nietos en la casa de campo de Sandrigham, donde los príncipes William y Harry jugaron un partido de fútbol

Los príncipes William y Harry, jugando un partido de fútbol en Sandringham Estate.
Los príncipes William y Harry, jugando un partido de fútbol en Sandringham Estate.

Los miembros de la realeza británica están disfrutando de los días de Navidad en una residencia real cerca de la costa. Las fotos familiares de este año son de las más concurridas de los últimos tiempo: no falta el príncipe Harry, que el año pasado se encontraba en Afganistán, donde pasó las fiestas destinado con su compañía de helicópteros Apache.

La reina Isabel II ha conseguido reunir a su extensa familia en estas fechas para pasar juntos unos días en la casa vacacional que la Corona Británica tiene en Sandrigham, en el condado de Norfolk, a un par de kilómetros de la costa del Mar del Norte.

Cuando acudieron al oficio religioso del día de Navidad, los fotógrafos pudieron captar un retrato de familia mucho más poblado que en anteriores ocasiones. Además de la reina Isabel y su marido, el duque de Edimburgo, estaban sus hijos, el príncipe heredero Carlos (con su esposa Camila), Andrés, Eduardo y Ana.

La monarca también disfrutó de la compañía de sus nietos: desde la mayor, Zara Philips, hasta Beatriz y Eugenia (hijas de Andrés) y, por supuesto, los príncipes Harry y William.

El hijo de éste último y de la duquesa Catalina, George, no acudió al oficio religioso en el pueblo de Sandrigham. Sin embargo, el pequeño de sólo cinco fue el protagonista de los comentarios y conversaciones del resto de la familia real.

El príncipe William se mostraba radiante por haber disfrutado de la primera Navidad con su hijo, y aseguró que estaba deseando que llegara la siguiente, cuando George haya crecido más.

Partido de fútbol entre William y Harry

Los miembros de la familia real británica están aprovechando estos días en Sandrigham para pasar una Navidad muy familiar e informal. El mejor ejemplo lo dieron Harry y William la tarde del día 26.

Como es tradicional cada año, los hijos del príncipe Carlos se calzaron las botas y se vistieron de corto para el partido de fútbol de Navidad que cada año juegan con algunos amigos y con miembros del servicio de la casa de campo real.

Los dos hermanos jugaron en equipos distintos. El partido acabó el empate a dos, aunque lo de menos era el resultado: las risas y las bromas entre los participantes fueron continuas.

 

Por ejemplo, William pedía a sus compañeros de equipo que se emplearan a fondo en parar las arremetidas de su hermano Harry, que destacaba con la barba que luce en los últimos tiempos y que acabó marcando un gol en el partido navideño.

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