Las intimidades de la reina Isabel II: definió a Felipe de Edimburgo como “dios de los vikingos” cuando lo conoció y su padre le permitió salir de palacio para celebrar el fin de la II Guerra Mundial

Margaret Rhodes, prima y amiga de la infancia de Isabel II, ha desvelado en su libro 'The Final Curstey' los detalles más íntimos de la reina de Inglaterra. A sus 86 años, Rhodes repasa la vida de la reina, desde anécdotas y confesiones pasando por sus juegos de infancia, los comienzos de su relación con Felipe de Edimburgo o sus primeros pasos como soberana.

'The Final Curstey' revela la vida privada de la reina de Inglaterra. En el libro la aristócrata escocesa Margaret Rhodes descubre en 160 páginas la otra cara de su prima, la reina, y recoge las confidencias que ella le hizo durante años.

Se trata además de un libro consentido y revisado por la propia Isabel II. Margaret asegura que en ocasiones su memoria falla, por lo que incluso llegó a pedir a la reina de Inglaterra que le narrase ciertos episodios del diario que tenía durante su juventud.

Isabel II suele acudir a la casa de campo con su marido, el príncipe Felipe, y sus hijos para hacer actividades en familia como "caminatas por el páramo, picnics o reuniones familiares. Además el kilt (falda escocesa) es obligatoria para los caballeros".

Margaret afirma que cuando se aleja de sus obligaciones en el palacio de Buckingham es una "viejecita normal" y una persona cercana y natural. Cuando Margaret Rhodes recibe la visita de su prima en Balmoral "hablamos de lo mismo que miles de ancianas de Inglaterra, los nietos, tal vez incluso del tiempo".

Asegura que para entender el carácter entregado a la corona de Isabel II es necesario remontarse a sus amos de infancia. "Nos educaron para creer que es totalmente inmoral quedarse quieto cuando tienes tiempo. Teníamos que hacer algo útil: cortar leña, cortar malas hierbas o dar un paseo".

Cuenta que Isabel segunda "pertenece a la última generación de niñas que no iban a la escuela", por lo que todos sus conocimientos los adquirió por propia iniciativa. Asegura que desde pequeña tuvo arrojo y decisión, pero en Balmoral también hubo memento para la diversión.

La prima de Isabel II cuenta que tenían un juego se llamaba 'Captura los días felices' y se que consistía en coger las hojas que caían de los árboles antes de llegar al suelo, también "le encantaba imitar a os caballos, pasábamos todo el tiempo galopando y haciendo carreras".

Balmoral es el lugar donde la reina de Inglaterra tuvo "su primera lección de anatomía masculina gracias al duque de Gloucester que nunca ha dominado la técnica de ajustarse la falda escocesa". Margaret revela además que es una tradición pactada que todos los hombres que visiten Balmoral lo hagan con el tradicional Kilt escocés y sin ropa interior.

Durante la juventud de Isabel II estalló la guerra, y mientras Margaret Rhodes luchaba para el servicio secreto británico la futura reina de Inglaterra se refutaba en el Castillo de Windsor, que pronto se convirtió en el principal objetivo de los bombardeos.

 

La aristócrata recuerda las noches en que ambas debían refugiarse en las mazmorras del castillo. Llegar a este refugio subterráneo significaba tener que "caminar varios kilómetros, y la reina Isabel se negaba a caminar porque no quería ir al refugio antiaéreo. No tenía miedo, le parecía aburrido".

Margaret recuerda especialmente una anécdota que la propia Isabel le contó. El 8 de mayo de 1945, su padre, Jorge VI "le permitió salir del palacio para unirse al pueblo que celebraba el final de la guerra" añade que "Salimos disfrazadas e incluso animó a sus padres cuando aparecieron a saludar en el balcón".

El rey Jorge VI fue para la reina una gran influencia, y cuenta que incluso vio llorar a la reina con el personaje de su padre en la película 'El discurso del rey'. Margaret describe a su tío 'Bertie', el padre de Isabel II como "un hombre muy atractivo y con un humor para niños

En cambio describe a la Reina Madre, como una persona optimista, alegre y valiente. En libro se ha preocupado además de desmentir su supuesta inclinación al gin-tonic.

"No, en absoluto, solamente tomaba gin-tonic antes del almuerzo y Doubonnet con una rodaja de limón y mucho hielo. Vino durante la comida. Por la noche Dry Martín y una copa de champagne durante la cena. No hubo ningún exceso." explica Margaret sobre los hábitos de la Reina Madre.

Pero la aristócrata no duda en afirmar que una de las personas más importantes para la reina Isabel fue su marido, el príncipe Felipe, que fue "un impacto deslumbrante". Cuenta que causó sensación en todo el entorno de Isabel "era un dios de los vikingos, muy rubio, con ojos penetrantes y rasgos limpios".

Asegura que "desde el día que la entonces princesa Isabel le vió, no creo que jamás, jamás, jamás haya mirado o pensado en otro hombre. Siempre supo que se casaría con él". Margaret explica en el libro la difícil posición que asumió Felipe como príncipe consorte.

"Hay que ser muy brillante mentalmente para aceptar que vas a tener que caminar siempre unos pasos por detrás de tu esposa". Opina también sobre el gran trabajo que han hecho juntos, ya que no había hasta entonces un modelo masculino que seguir.

A lo largo de 'The Final Curstey' se va perfilando una Isabel II desconocida y obstinada que ha llegado a convertirse en la actual reina de Inglaterra, "y no hablemos de una posible abdicación de Isabel. En nuestro país no lo es."

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