Otto de Habsburgo ha recibido en el santuario austríaco de Mariazell el adiós del pueblo, antes del funeral político del sábado y del entierro en Viena

(Crónica de José Apezarena, enviado especial a Mariazell) El manto que ha lucido la imagen de Mariazell, durante el funeral religioso celebrado este miércoles en el santuario austríaco, recogía los escudos de los pueblos que formaron el imperio austro-húngaro, como homenaje final a Otto de Habsburgo, hijo mayor del último esperador de Austria, en lo que ha sido la despedida del pueblo, antes del funeral político del sábado, en Viena.

El santuario mariano de Mariazell, fundado en 1157 por los benedictinos, que se convirtió en uno de los lugares santos de la cristiandad, visitado por peregrinos húngaros y balcánicos, es uno de los lugares familiares de la dinastía, y en este lugar han recibido uno de los últimos homenajes Otto de Habsburgo, junto con su esposa, Regina, fallecida en febrero de 2010, y que recibirá sepultura definitiva junto a su marido en la cripta de los Capuchinos, panteón de la dinastía imperial austrohúngara.

Al funeral, oficiado por el obispo de Graz y con asistencia del cardenal de Viena, Schönborn, no han asistido representaciones oficiales. Solamente la familia, es decir, hijos, nietos y bisnietos de Otto de Habsburgo, encabezados por el hijo mayor y primogénito, el archiduque Carlos de Habsburgo-Lorena, que reside en Austria. El matrimonio tuvo 7 hijos, 22 nietos y dos bisnietos. Y sobre todo les ha acompañado el pueblo, que llenaba la basílica.

Los dos ataúdes, cubiertos con banderas, fueron colocados delante del altar mayor, donde recibieron las honras fúnebres: una misa solemne de réquiem compuesta por Franz Schubert. Participaron los famosos Niños Cantores de Viena, que sin embargo mostraron alguna deficiencia, quizá por encontrarse en época de vacaciones y haber perdido el entrenamiento.

En Mariazell se congregaron grupos de personas ataviadas con los trajes de las distintas regiones de Austria y Hungría, portando sus estandartes y uniformes, además de miembros de la Orden de Malta, Orden Teutónica y otras corporaciones nobles.

El manto del Día de los Católicos de Europa Central

La imagen de Mariazell aparecía adornada con joyas de Regina de Habsburgo, procedentes de las que llevaba el día de su boda en Nancy, Francia, en 1951. En aquellos años, la familia Habsburgo todavía sufría la prohibición de pisar austríaca. Las coronas que lucían la Virgen y del Niño fueron realizadas con esas joyas.

A petición de la familia, la Virgen portaba el traje confeccionado para el Día de los católicos de Europa Central, significando así uno de los objetivos de Otto de Habsburgo, que siempre trabajó por una Europa unida y una Europa cristiana. Se realizó para el 23 Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Viena en 1912, por tanto antes de las dos guerras mundiales y de que naciera el Telón de Acero, que separó a las naciones del Este del resto de Europa.

El altar mayor está presidido por un enorme crucifijo, donado en 1703, a los 18 años, por el archiduque Carlos, más tarde emperador Carlos VI, después de una campaña en Madrid, antes de la cual había viajado a Mariazell para pedir la ayuda de la Virgen

Finalizada la misa y tras las responsos, los féretros fueron portados alrededor del santuario, para finalmente recibir un homenaje final a las puertas de Mariazell, con la familia presente, mientras sonaban descargas de fusilería en honor de los fallecidos. A continuación, en sendos coches fúnebres, emprendieron viaje hacia Viena, donde el sábado serán solemnemente sepultados.

 

Aún quedará un último acto. El depósito del corazón de Otto de Habsburgo.

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