Los monárquicos franceses, partidarios de Luis Alfonso de Borbón, duque de Anjou, celebran en Francia el aniversario del Tratado de los Pirineos

El pasado 24 de agosto de 2009, una delegación de monárquicos franceses procedentes de varios puntos del país visitó el castillo de Pau y la catedral de Lescar, en Aquitania, para celebrar los actos de conmemoración del 350 aniversario del Tratado de los Pirineos que, el 7 de noviembre de 1659, puso fin a la guerra entre España y Francia.

FOTOGRAFÍA: IPAPRESS

Este pacto tuvo lugar en la isla de los faisanes en mitad del río Bidasoa y la visita a la catedral de Lescar es el preludio de los actos que celebrarán el 400 aniversario del fallecimiento del rey Enrique IV de Francia, asesinado por Ravaillac el 14 de mayo de 1610. Para entonces están previstas ceremonias en Chartres y también en Pau cuyo castillo albergará una gran exposición para la primavera próxima en colaboración con la Galería degli Uffici de Florencia. El alcalde Christian Laine recibió a la delegación de monárquicos en la catedral de Lescar. A mediodía visitaron el castillo de Pau en cuyo patio fueron recibidos por la alcaldesa y diputada Martine Lignières-Cassou.

En la catedral de Lescar están las tumbas de los últimos reyes de Navarra. Exiliados en Pau, estos monarcas habían establecido que serían enterrados en Pamplona junto a sus predecesores pero que, entretanto, serían inhumados en ese templo. En 1929 un sacerdote encontró las tumbas justo debajo del altar y el último de los que allí hallaron su última morada fue Enrique II de Albret, fallecido en 1555. Su hijo Enrique III está enterrado en Saint-Denis lo mismo que Enrique IV de Francia.

Los monárquicos que acudieron a Lescar y Pau son partidarios del Institut de la Maison de Bourbon y, por tanto, de su presidente de honor, el príncipe Luis Alfonso de Borbón, Duque de Anjou, pretendiente legitimista al trono de Francia. Una cincuentena de los asistentes estuvo presente en el Cercle Henri IV, asociación del Béarn, que tiene por objetivo promocionar la tradiciones monárquicas y que está encabezada por el príncipe Charles-Emmanuel de Beauffremont-Courtenay, presidente también del mencionado Instituto. En su discurso éste se alegró de la fidelidad de los bearneses al recuerdo del buen Enrique IV cuya doctrina se resumía en tres palabras: amar, conservar, transmitir.

Al día siguiente el grupo de monárquicos continuó su periplo por los Pirineos Atlánticos con una misa en la iglesia de San Juan Bautista de San Juan de Luz, donde en 1660 se celebró el matrimonio de Luis XIV con la Infanta Doña María Teresa de España, como parte de la Paz de los Pirineos que ahora se conmemora.

Amadeo-Martín Rey y Cabieses

 

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