Su tercera intervención ante el Congreso de los Diputados

El rey pronuncia el discurso con más referencias sobre la Historia de España

En el 40º aniversario de las elecciones de 1977, Felipe VI repasó los siglos XIX y XX y cargó contra la intransigencia. Incluyó referencias veladas al independentismo en Cataluña

Felipe VI habla en el 40º aniversario de las elecciones constituyentes de 1977.
Felipe VI habla en el 40º aniversario de las elecciones constituyentes de 1977.

Felipe VI presidió el acto de celebración en las Cortes Generales de los 40 años transcurridos desde las elecciones constituyentes que tuvieron lugar en 1977, tras el fin de la dictadura de Franco. Bajo la atenta mirada de la reina Letizia, el rey dirigió a los diputados y senadores un discurso con un profundo fondo político y también histórico.

Tal y como recordó este miércoles Monarquía Confidencial, la celebración del 40º aniversario de las elecciones del 77 supuso el tercer discurso que Felipe VI pronuncia ante las Cortes Generales desde que fue proclamado rey hace tres años.

En esta ocasión, se trataba de conmemorar un hecho que, cuando tuvo lugar, don Felipe tenía nueve años, como él mismo contó. Dijo que entonces no era muy consciente de lo que ocurría en España, pero sí percibió la ilusión de los mayores por los cambios que se estaban produciendo.

El jefe del Estado tuvo palabras para destacar la “trascendental” fecha del 15 de junio de 1977, y cómo permitieron a los españoles comenzar a decidir su futuro tras la dictadura franquista. Pero lo más destacado fue que articuló buena parte de su intervención en un discurso de carácter histórico que hasta ahora no había utilizado. Aunque a veces introduces citas del pasado, o hace referencia a acontecimientos relevantes, nunca hasta ahora había utilizado como hilo conductor la Historia de esta forma.

“Las elecciones del 15 de Junio de 1977 no pueden entenderse sin el largo periodo histórico que las precede”, afirmó el rey, que a continuación se lanzó a hacer un repaso de los siglos XIX y XX de la Historia de España.

La tesis de Felipe VI se resume en que la primera Constitución española, la aprobada en Cádiz en 1812, “supuso un referente esencial de la unidad, la soberanía y la libertad de los españoles”. Pero a partir de ahí, se fueron sucediendo constituciones y leyes que iban siendo derribadas cada pocos años: fue esa una época “convulsa e incierta” por los golpes de Estado y las guerras civiles, que impidieron “proporcionar y garantizar la estabilidad política, el progreso social y económico ni la convivencia en paz y libertad que los españoles anhelaban”.

Cita de un presidente de la República

Don Felipe hiló su argumentación sobre la base de que la intransigencia, la falta de respeto a las ideas de los demás y la imposición de las propias fueron las notas dominantes de gran parte de la Historia de España en estos dos siglos: “Los españoles se oían, pero no se escuchaban; se veían, pero no se miraban; se hablaban, pero no se entendían y menos aún se respetaban”.

Todo esto lo fue desgranando para luego destacar que eso quedó apartado con las elecciones de 1977. Pero también le sirvió para enlazar con otra idea muy relevante, y que provocó murmullos en la bancada de Podemos y también de los independentistas catalanes del PDECAT: las referencias a respetar la ley.

Citó a Emilio Castelar, presidente de la Primera República, para recordar que “el menosprecio a las leyes, que nos conduce a una decadencia sin remedio, es el más terrible y el más incurable de todos nuestros defectos”, y al arquitecto de la Restauración con Alfonso XII, Antonio Cánovas del Castillo, para destacar que “lo que hace falta a la nación española no son represiones, no son cadalsos, no son destierros; lo que nos hace falta es el respeto a la ley, la base indispensable del orden en todas las naciones civilizadas”.

El mensaje parecía dirigido a los independentistas catalanes: algo que hace con frecuencia el rey en discursos relevantes, como en mensajes de Navidad y en los Premios Princesa de Asturias, en estos años de proceso secesionista.

 

Contra los caminos que rompen la convivencia

Volvió a destacar el valor de la unidad nacional, “asumiendo la diversidad territorial de España con orgullo y coherencia”, como parte de nuestra historia e identidad. Si hace años pidió “que nadie construya muros con los sentimientos”, esta vez dijo que “los sentimientos se deben respetar y comprender, nunca ignorar, enfrentar o dividir”.

Y a continuación lanzó una intensa defensa del pacto constitucional y de la convivencia entre españoles frente a caminos que pueden romperlos: “Ningún camino que se emprenda en nuestra democracia puede −ni debe− conducir a la ruptura de la convivencia, al desconocimiento de los derechos democráticos de todos los españoles o a la negación de los valores esenciales de la Europa a la que pertenecemos. Y menos aún, un camino que divida a los españoles o quiebre el espíritu fraternal que nos une”.

También defendió la ley no como “amenaza o una advertencia para los ciudadanos, sino una defensa de sus derechos”, ya que según don Felipe “dentro de la ley es donde cobran vigencia los principios democráticos, donde se deben encauzar los antagonismos y resolver los desacuerdos y las diferencias mediante el diálogo, mediante el debate”, mientras que “fuera de la ley, nos enseña la historia, solo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y, en último extremo, la negación misma de la libertad”.

Palabras que fueron sobre todo muy aplaudidas en los bancos de PP y Ciudadanos, y acogidas con malas caras en Podemos y PDECAT.

Los aplausos al rey Juan Carlos

La polémica posterior sobre el enfado de Juan Carlos I por no haber sido incluido en este acto -Zarzuela lo argumenta por razones de protocolo, como se ha hecho en actos similares- empañó el hecho de que las grandes ovaciones se las llevó precisamente el rey emérito.

La primera referencia la hizo la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Fue citar a don Juan Carlos y de inmediato su voz se vio ahogada por los aplausos entusiastas sobre todo de los diputados y senadores del PP, de Ciudadanos y también del PSOE, aunque de forma más moderada, además de gran parte de los representantes de las Cortes del 77.

Cabe señalar que en la proclamación de Felipe VI en 2014, las Cortes también ovacionaron a don Juan Carlos cuando se le mencionó. Pero el gesto fue menor que el dedicado a la reina Sofía, allí presente, que se llevó una larga ovación de los diputados y senadores, que acabaron de pie en su honor. Los aplausos este miércoles suponen en parte ese homenaje a Juan Carlos I que no se había dado en las Cortes.

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