La declaración se desarrolló durante una hora

La infanta se exculpa desvinculándose de la contabilidad de Aizoon

Asegura que no tiene conocimientos fiscales porque estudió Ciencias Políticas y se limitaba a firmar la documentación que le presentaba su marido Iñaki Urdangarin

La infanta contesta a las preguntas de su abogado.
La infanta contesta a las preguntas de su abogado.

La declaración de la infanta Cristina ante el tribunal que juzga la presunta trama de corrupción del ‘Caso Nóos’ se ha solventado en una tarde y menos de una hora y media. Después de escuchar en silencio las preguntas de la abogada de la acusación popular, sí respondió a las cuestiones que le planteó su abogado defensor Pau Molins.

El interrogatorio a la infanta se ha limitado sólo a esta parte debido a que ni el fiscal Horrach ni los abogados defensores de otras partes han querido formularle preguntas. Cristina de Borbón ha asistido primero a una sucesión de preguntas que Virginia López Negrete, letrada de Manos Limpias, le ha querido hacer para dejar constancia de ellas.

La hermana de Felipe VI ha escuchado con gesto imperturbable el monólogo de la abogada de la acusación particular, aunque en algún momento ha puesto un gesto más serio ante alguna pregunta que se acercaba más a su intimidad personal y familiar.

La infanta sí ha respondido a las preguntas de su abogado defensor. Hay que recordar que Cristina ha dedicado varios días en Barcelona a preparar su declaración ante el tribunal, tal y como ya contó Monarquía Confidencial.

Pablo Molins ha comenzado preguntándole por qué estudios superiores tenía. “Licenciada en Ciencias Políticas”, ha respondido la infanta, que también ha asegurado tajante que no tiene “ningún” conocimiento fiscal, contable o financiero.

Durante toda su declaración, Cristina de Borbón ha remarcado que en su familia, había una clara separación de “tareas”: ella se volcaba sobre todo en llevar y recoger a sus hijos del colegio, en su trabajo en la Fundación La Caixa, y en coordinar la agenda de actos de representación que ella, y en su caso su marido, tenían por ser miembros de la casa real.

Por su parte, Iñaki Urdangarín se encargaba de todas las cuestiones económicas: eso incluía, por ejemplo, que cuando contrataban a algún trabajador doméstico para su residencia de Pedralbes, era él y sus abogados fiscales los que se encargaban del contrato y de los detalles de la relación laboral.

Eso lo ha extendido a Aizoon, la sociedad mercantil que la pareja poseía al 50% cada uno. Ha asegurado que era parte de la empresa por confianza hacia su marido, y firmaba los documentos conforme a esa misma confianza.

Pero, eso sí, ni conocía los ingresos y gastos de Aizoon, ni daba órdenes a sus trabajadores, ni tenía ella poderes para actuar en nombre de la empresa: “Las decisiones las tomaba mi marido siempre asesorado por el asesor fiscal”.

Aunque en muchas de las cuestiones la respuesta era que esos asuntos los llevaba Iñaki Urdangarín, a otras preguntas de su abogado Molins se mostró más contundente. “¿Se le pagaba en dinero en efectivo al servicio doméstico, como se ha dicho anteriormente en este juicio?”, le ha preguntado el letrado, y ella ha respondido tajante “rotundamente no”.

 

Tras finalizar este testimonio, el tribunal ha concluido las declaraciones de imputados. Éstos han tenido que decir si van a asistir al resto del juicio a estar presente cuando testifiquen los numerosos testigos que desfilarán por la sala en las próximas semanas y meses.

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