El rey se mueve cada día con mayor soltura. El almuerzo en el Congreso, primer acto fuera de La Zarzuela tras su visita privada a Mónaco

Don Juan Carlos evoluciona muy satisfactoriamente en su recuperación de la operación del tendón de Aquiles que sufrió el 5 de septiembre. Incluso va más rápido de lo esperado, y la prueba son las dos últimas salidas de La Zarzuela, una un viaje privado a Mónaco, la otra un almuerzo en el Congreso de los Diputados ayer.

El rey acudió ayer al Palacio de la Carrera de San Jerónimo, invitado por el presidente del Congreso, José Bono, en lo que se ha convertido en el primer acto en España fuera de La Zarzuela. El proceso de rehabilitación del tendón de Aquiles aún durará unos meses, pero el monarca ha recuperado un gran parte la movilidad.

El almuerzo, en el que participaron representantes de los altos poderes del Estado, fue una iniciativa de José Bono, a raíz de la visita que hizo a La Zarzuela con ocasión de la firma de la reforma de la Constitución por el monarca. El presidente del Congreso le planteó que se sería una buena idea que acudiera a un almuerzo en la Cámara. Don Juan Carlos no aceptó en seguida, pero, en una llamada posterior al presidente del Congreso, le contestó: "Si me invitas, voy". Y así se ha producido.

A su llegada a la sede del Congreso, se pudo comprobar la gran mejoría que el rey ha experimentado en su pié izquierdo. Don Juan Carlos descendió del coche con muletas y posteriormente posó de pié junto a los asistentes. Él mismo bromeó con los periodistas, que se interesaron por cómo se encontraba, con esta respuesta mientras reía: "Estoy muy mal, ya me veis".

Al almuerzo asistieron José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno; José Bono, presidente del Congreso; Javier Rojo, el presidente del Senado; Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ; Cándido Conde-Pumpido, fiscal general del Estado; y Pascual Sala, presidente del Tribunal Constitucional.

El rey ha compartido con los siete comensales un menú compuesto por ensalada de bogavante con tomate y tartar de aguacate, rodaballo con guarnición de verduras como segundo plato, y para terminar fruta acompañada de sorbete de manzana verde.

Este encuentro se produce sólo unos días después de su visita a Mónaco. En esa ocasión fue el príncipe Alberto quién invito al rey a acompañarle en una exposición de yates de lujo.

El rey recorrió algunos tramos de la exposición a pié y con muletas, aunque el príncipe Alberto tuvo la deferencia de llevarle en un mini-car que él mismo pilotó.

Don Juan Carlos aceptó el ofrecimiento estando convaleciente del tendón izquierdo, algo que no ocurrió cuando se recuperaba de la lesión en la pierna derecha y Alberto de Mónaco le invitó a su boda.

La comida celebrada en el Congreso no será la última reunión de don Juan Carlos con el presidente Zapatero y el resto de autoridades. Así lo ha dicho José Bono, que aseguró que la próxima comida la convocará el propio monarca. "No ha sido la última –explicó- porque el rey ha dicho que la despedida tiene que ser en su casa".

 

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