Pilar Urbano pone nombres y apellidos a la desautorización sobre su libro de la Reina doña Sofía

Todo empezó con un teletipo de la agencia EFE fechado en Madrid, el 30 octubre del año pasado. En el "un portavoz de la Casa del Rey ha indicado que Pilar Urbano, autora del libro La Reina muy de cerca, tras mantener una conversación privada con Doña Sofía, pone en su boca «unas supuestas afirmaciones que hoy reproducen algunos medios de comunicación». «Supuestas afirmaciones que, en todo caso, se han hecho en un ámbito privado, y que no corresponden con exactitud a las opiniones vertidas por Su Majestad la Reina, como oportunamente se le ha hecho saber a la autora». «Tal y como se reproducen, tampoco reflejan la impecable trayectoria de absoluto respeto y neutralidad mantenida —como es público y notorio— por Su Majestad la Reina frente a los asuntos objeto de polémica en la vida pública española e internacional. En todo caso, Su Majestad la Reina lamenta profundamente que la inexactitud de las palabras que se le atribuyen haya producido malestar o disgusto en personas o instituciones, a las que siempre ha profesado y profesa un profundo respeto". EFE. rf/br

La respuesta de Pilar Urbano a aquel teletipo de Efe ha tardado un año, pero estos son sus nombres y parte de la historia que cuenta en su nuevo libro,  'Secretos de mi escritorio'  que hoy pone a la venta la editorial Planeta.

"Perpleja y sin dar fe al comunicado —apenas una semana antes, la Casa Real había autorizado de forma expresa «el contenido total» de mi libro—, llamé a Zarzuela en cuanto se disparó la noticia. Eran cerca de las nueve de la noche del mismo 30 de octubre. Nadie en las oficinas. Un amable funcionario de la centralita me puso en contacto con Susana Gortázar, de la Secretaría de la Reina, y con Blanca Gisbert, de Comunicación y Prensa de la Casa del Rey. Sorprendidas por lo que yo les contaba, una y otra me aseguraron «eso no puede ser cierto, Pilar», «de Palacio no ha salido ningún comunicado, ni mucho menos un desmentido a tu libro», «no hagas caso, será un bulo».

Me llamó un alto cargo del organigrama de Palacio, comentando que se les había ido de las manos «lo que sólo pretendía ser un mensaje de alivio», dejó escapar un expresivo: «¡La hemos pifiao!» Ese mismo personaje, por una ruta nada dudosa, me hacía llegar un ruego: «Pilar, no hables más del dichoso comunicado. Habla de tu libro. Ese comunicado no tiene ya ningún valor: tú misma lo has hecho trizas» (se refería a sus intervenciones en televisión comentando el teletipo). No existe un comunicado de desmentido, como tal. Nunca existió. Fueron unas frases, unos comentarios verbales hechos en San Salvador por Juan González-Cebrián (Director de Relaciones con los Medios de Comunicación) al redactor de EFE...

Sin perder un instante, me apliqué a refutar el comunicado de la Casa Real punto por punto. El nudo de mi mensaje fue simple y rotundo: «Lo que se dice en el libro es lo que la Reina me ha dicho.»* El comunicado —leído entonces, y vuelto a leer ahora—, pese a proceder de la Casa Real, contiene varias afirmaciones tan equivocadas, tan incoincidentes con lo que realmente aconteció, que sólo puede obedecer a una improvisación.¿Qué afirmaciones del comunicado no se acomodan a la veracidad de los hechos?

Primera: Habla de «una conversación» de la autora con la Reina, ignorando quizá que mantuvimos cuatro. Su Majestad tuvo la gentileza de recibirme los días 7 y 16 de julio, y 9 y 23 de septiembre. Y las cuatro entrevistas fueron de larga duración.

Segunda: Reitera un par de veces que se trataba de «una conversación privada», y de «declaraciones hechas en un ámbito privado». No fue así. En todas las fases de la preparación del libro, desde mi propuesta en mayo de 2008 hasta la revisión y aprobación del texto en Zarzuela el 22 de octubre, estuve en constante comunicación con la Secretaría General de Su Majestad la Reina. Ambas sabíamos que lo que hablábamos iba a publicarse como libro, coincidiendo con su septuagésimo aniversario. En modo alguno pertenecían al «ámbito privado», como el comunicado del portavoz se empeña en subrayar.

Tercera: Después de aludir —por enésima vez y sin concretar— a «afirmaciones que no corresponden con exactitud a las opiniones vertidas por Su Majestad la Reina», agrega «como oportunamente se le ha hecho saber a la autora». Tampoco eso se ajusta a la realidad. Nunca ocurrió. En absoluto. En ningún momento, ni antes ni durante ni después; ni oportuna ni inoportunamente, nadie del entorno de Su Majestad la Reina y nadie de la Casa de Su Majestad el Rey me trasladó advertencia o indicación de corregir algo.

Cuarta: Hay en el mensaje del funcionario de la Casa Real un empeño en restar valor a algunas frases del libro a base de atribuir inexactitud a las palabras con que se expresan ciertas opiniones de la Reina. Sin embargo, en su vaguedad, no señala ni cuáles, ni si se refiere a todo el libro o sólo a los párrafos sobre las uniones entre homosexuales, que eran los que incordiaban en aquella hora. En todo caso, yo recogí en directo y en voz de la Reina sus opiniones; y las plasmé con toda veracidad, autenticidad y fidelidad".

Lo que Pilar Urbano no cuenta pero deja claramente insinuado en su libro son las presiones que Moncloa ejerció sobre Zarzuela para desautorizar las declaraciones qque el diario El País dio en su portada como adelanto del libro. José Luis Rodríguez Zapatero y María Teresa Fernández de la Vega veían peligrar sus proyectos de ley.

 

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