La infanta Cristina, separada de los príncipes de Asturias en el homenaje a su abuelo, el rey Pablo de Grecia

La reina, los príncipes y las infantas Elena y Cristina asistieron ayer al acto en conmemoración al cincuenta aniversario del fallecimiento del rey Pablo de Grecia, padre de doña Sofía, en el cementerio de Tatoi, donde permanecen enterrados todos los miembros de la familia real griega.

Se trataba de la primera ocasión en que don Felipe y doña Letizia coincidían con la infanta en público desde junio de 2013, cuando asistieron a una misa en conmemoración por el centenario del nacimiento del conde de Barcelona.

Previamente, en octubre de 2011, la familia real al completo se reunió por última vez en un acto oficial para presenciar el desfile militar de la Fiesta Nacional.

A raíz de estallar el escándalo de corrupción Nóos por el que están imputados los duques de Palma, la infanta Cristina quedó completamente apartada de las actividades institucionales programadas en la agenda de Casa Real, y sus apariciones junto a los príncipes de Asturias desaparecieron.

La infanta, relegada junto a sus familiares griegos

Ahora, con motivo del homenaje a su abuelo, Pablo de Grecia, se ha producido el esperado reencuentro en público entre don Felipe, doña Letizia y la infanta. Sin embargo, el contacto de la duquesa de Palma con la pareja, durante el transcurso de la ceremonia, fue prácticamente inexistente.

Doña Cristina permaneció separada de la reina y sus hermanos en el homenaje al rey Pablo celebrado en el cementerio de Tatoi.

Además, en la foto de grupo, la infanta se situó en el lado opuesto al que se encontraba el resto de la familia real española, y en segunda fila.

La princesa Letizia y doña Cristina no intercambiaron palabra

Aunque en un momento de la ceremonia doña Cristina intercambió fotos con don Felipe a través del teléfono móvil, la infanta siempre se mantuvo a una distancia prudencial de su hermano y la princesa de Asturias.

De hecho, doña Letizia fue el único miembro de la familia real española que no dirigió ni una sola palabra a la infanta, a diferencia de la reina, el príncipe y doña Elena que conversaron brevemente con la duquesa de Palma, aunque obviando los gestos de cariño.

Tras este acto, la infanta se despidió de sus familiares y abandonó Grecia para regresar a Ginebra, donde reside junto a su esposo, Iñaki Urdangarín, y sus hijos.