Polémico viaje del príncipe Felipe a Tasmania

El príncipe Felipe de Bélgica se ha convertido en centro de la polémica durante este fin de semana. El heredero aprovechó la ausencia de agenda oficial durante el sábado y el domingo para realizar una visita privada a unos amigos en la localidad de Tasmania.

Parece ser que los recortes anunciados a principios de mes, que afectaban principalmente a los viajes de la familia real, no se han aplicado aun, pese a que según informaron fuentes de la casa real belga el primer afectado sería el viaje en el que ha participado Felipe a Oceanía estos días.

No obstante, el príncipe no se ha terminado de aplicar dichas medidas y decidió aprovechar el fin de semana sin agenda para disfrutar de un par de días en casa de unos amigos en Tasmania.

El descontento de la sociedad belga no sólo se ha producido por el hecho de que abandone sus funciones como cabeza de la delegación formada por parte del gobierno y más de cien empresarios, sino por el coste que supone el desplazamiento de toda la corte que por protocolo le acompaña, incluido todo el equipo de seguridad que precisa un heredero a la corona.

Ayer por la mañana, la casa real emitió un comunicado para justificar la "escapada" del príncipe. En él precisaba que el fin de semana libre estaba previsto en la agenda y que "permitía a todos los participantes en el viaje hacer una pausa en medio de una misión muy intensiva, muy exitosa hasta el momento y más larga de lo habitual" para que descansasen, y que, por tanto, "no tenía nada de inesperado".

Añadieron que los días de descanso no han interferido en el trabajo de la delegación ni en el resultado, positivo hasta el momento, del viaje.

 

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