El príncipe heredero de Tailandia preocupa a su familia, al pueblo y a la diplomacia extranjera

p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal { margin: 0cm 0cm 0.0001pt; font-size: 12pt;"Times New Roman"; }div.Section1 { page: Section1; } Los dirigentes tailandeses tienen fuertes prevenciones sobre el príncipe heredero por su reputación de adúltero y “mujeriego” así como por sus relaciones con un ex primer ministro huido del país, según cables diplomáticos estadounidenses filtrados a WikiLeaks.

p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal { margin: 0cm 0cm 0.0001pt; font-size: 12pt;"Times New Roman"; }div.Section1 { page: Section1; } Un cable del embajador estadounidense Eric John sobre sus conversaciones con el general Prem Tinsulanonda, jefe del Consejo Privado, el ex primer ministro Anand Panyarachun y el mariscal de la Fuerza Aérea Siddhi Savetsila, afirma que todos ellos hicieron “comentarios negativos” sobre el príncipe.

Tres personalidades relevantes de la política tailandesa, miembros del poderoso Consejo de la Corona y asesores del Rey Bhumibol Adulyadej, han expresado reservas sobre la capacidad del príncipe heredero, Maha Vajiralongkorn, para asumir sus funciones, según consta en un cable diplomático estadounidense publicado este jueves por el diario británico The Guardian y difundido por el portal de Internet WikiLeaks.

El cable cita a dos asesores del Rey: el general Prem Tinsulanonda, también ex primer ministro, y Sidhi Savetsila, oficial del ejército retirado, así como a Anand Panyarachun, antiguo jefe de gobierno. En un documento fechado en enero de 2010, estas personalidades hicieron “comentarios bastante negativos sobre el príncipe heredero Vajiralongkorn”. A la pregunta de dónde estaba el príncipe, el general Prom respondió al embajador estadounidense: “Usted sabe cuál es su vida social”, y el diplomático califica el comentario como una alusión a que el príncipe prefiere pasar tiempo en Múnich con su amante principal en lugar de estar en Tailandia con su esposa y su hijo.

El embajador estadounidense agrega que el mariscal de la Fuerza Aérea tailandesa “comentó que el príncipe heredero solía salir de Tailandia y que en la Red hay todo tipo de informaciones sobre sus azafatas amantes”. El mariscal se lamentó de que un ayudante suyo, ahora embajador tailandés en Berlín, se viese obligado a volar de Berlín a Múnich con frecuencia para recibir allí a Vajiralongkorn. Al margen de su preocupación por el comportamiento del príncipe, los miembros del Consejo Privado también expresan su inquietud por los vínculos entre Vajiralongkorn y el fugitivo ex primer ministro Thaksin, conocido en el Reino Unido sobre todo como propietario del club de fútbol Manchester City entre 2007 y 2008. Anand culpó de la mala salud del rey en parte a Thaksin, que en aquel momento estaba prestando asesoramiento al gobierno camboyano.

Los tres hombres parecen de acuerdo sobre lo que hay que pensar del futuro monarca. “Prem no es claramente un fan” del príncipe, recalca la nota. “Sidhi expresó su preferencia por la princesa Sirindhorn” y Anand “sugirió que sólo el Rey estaría en condiciones de modificar la sucesión y admitió la escasa probabilidad de que esto suceda”. Pese a estar seguros de que el príncipe heredero será el próximo rey tailandés, reza el cable, “tanto Siddhi como Anand dieron a entender que el país saldría beneficiado si pudiera hallarse otra solución. Siddhi expreso su preferencia por la princesa Siringhorn mientras que Anand sugirió que sólo el rey podría cambiar al sucesor y reconoció que era muy poco probable que ocurriera”.

La sucesión al trono es un asunto de inmediata preocupación debido a la mala salud del Rey Bhumibol, que cumplió 83 años y que, adorado por la mayoría de los tailandeses, es una de las pocas figuras que une a un país muy dividido entre una elite urbana y una población rural pobre. El monarca es una figura muy venerada y representa los cimientos sobre los que descansa la Nación pese a no desempeñar oficialmente ninguna función política.

Según The Guardian, el temor de las autoridades es que con un príncipe tan polémico como el heredero del trono, eventuales turbulencias políticas puedan dividir al país en dos. Es por ello que la sucesión al trono tailandés suscita numerosos interrogantes en aquella nación del sudeste asiático, aunque nunca ha sido abordada abiertamente. Preocupa también a los inversores y a las embajadas extranjeras: en octubre de 2009, rumores sobre el estado de salud del rey habían hecho caer la Bolsa de Bangkok.

El hijo del rey, y príncipe heredero, de 57 años, no es popular entre el pueblo. Su vida amorosa, su adoración por Fu-Fu, su perro poodle, y sus malos vínculos chocan con la admiración que despierta entre la gente su hermana, la princesa Sirindhorn. La princesa está omnipresente en la prensa tailandesa y goza de un alto índice de popularidad, sin duda superior al de su hermano.

DARÍO SILVA-D’ANDREA

 

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