Lleva años luchando en los tribunales

La Fundación Príncipe de Liechtenstein batalla para recuperar una finca confiscada en Chequia

Ha presentado un recurso de apelación sobre una parcela de 600 hectáreas cerca de Praga. Las propiedades de Francisco José II fueron incautadas tras la Segunda Guerra Mundial

El príncipe Hans-Adam II de Liechtenstein.
El príncipe Hans-Adam II de Liechtenstein.

La familia real de Liechtenstein no ceja en su empeño por recuperar las tierras y propiedades repartidas por el centro de Europa que le fueron confiscadas hace décadas, tanto después de la Primera Guerra Mundial como tras la Segunda.

A lo largo de los siglos los señores de Liechtenstein fueron haciéndose con la propiedad de numeras tierras no sólo en lo que hoy es el principado, sino también en otras zonas del centro de Europa, en lo que era el Sacro Imperio Romano Germánico.

Antes de la Primera Guerra Mundial, poseían 1.850 kilómetros cuadrados. Tras esa guerra y tras la contiendo de 1939-1945 también, los gobiernos de Checoslovaquia, Hungría y Polonia confiscaron el 80% de estas propiedades de la familia principesca de Liechtenstein. El príncipe Francisco José II rechazó la indemnización mínima que le ofrecieron las autoridades checoslovacas y sus descendientes aún están inmersos en el proceso de recuperación de las propiedades que considera inalienables.

En ese contexto se enmarca la última acción judicial emprendida por la Fundación Príncipe de Liechtenstein. Quiere que el Tribunal Supremo de Chequia revise en apelación una sentencia anterior que desestimó sus alegaciones sobre la propiedad de 600 hectáreas en Ricany, una localidad de Moravia cercana a Praga.

Esta fundación es la encargada de gestionar, y en su caso intentar recuperar, el patrimonio de la familia principesca de Liechtenstein. Después de que una sentencia considerara que esa finca de Ricany debe permanecer en posesión del Estado checo por los llamados “decretos de Benes” que incautó las propiedades de los alemanes y los aliados de los nazis en el territorio de Checoslovaquia.

Mientras que la Fundación Príncipe de Liechtenstein alega que esta propiedad fue confiscada de forma ilegal por las autoridades checoslovacas, el gobierno checo considera que no se puede dar marcha atrás después de que esas tierras pasar a ser propiedad del Estado.

En un primer momento un tribunal confirmó la inscripción de esta enorme finca y los inmuebles situados en ella como herencia de Hans-Adam II de Liechtenstein. Sin embargo, un organismo gubernamental recurrió y una sentencia posterior dio la razón a Chequia, contra la que ahora recurre la Fundación Príncipe de Liechtenstein.

Esta gran parcela de 600 hectáreas incluye los pueblos y castillos de Lednice y Valtice, protegidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. El palacio de Valtice fue diseñado a principios del siglo XVIII para el príncipe de Liechtenstein.

 

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