Guillermo-Alejandro y Máxima de Holanda: 10 años de una boda de ensueño

El próximo jueves, calles, plazas y sitios públicos de los Países Bajos se volverán a engalanar con decoraciones color naranja intenso, el tradicional de la Casa Real de Orange-Nassau, para recordar los diez años del enlace del príncipe heredero al trono, Guillermo-Alejandro, y de la princesa Máxima.

Una década después de la doble boda, civil y religiosa, celebrada el 2 de febrero de 2002 en Ámsterdam, la pareja, que ha insuflado aires de modernidad a la corte holandesa, está preparada para asumir su futura responsabilidad, cuando la reina Beatriz, que este martes cumple 74 años, la soberana holandesa de más edad en ese puesto, decida abdicar.

Quizás la fecha de la boda, calificada como "enlace de ensueño" por la prensa del corazón, tuviese algo de emblemático (02-02-2002), pero el hecho es que a Máxima Zorreguieta (Buenos Aires, 1971) y a Guillermo-Alejandro de Orange Nassau (Utrecht, 1967) las cosas les han ido bien en esta última década según informa DPA: la monarquía goza de amplio apoyo popular y Máxima es la favorita del pueblo.

En la mente de millones de holandeses todavía permanecen imborrables las imágenes de ambos, ya marido y mujer, besándose tras la primera ceremonia, por lo civil, en la antigua bolsa de Ámsterdam (Beurs van Berlage) y después, por la Iglesia, en la Nieuwe Kerk de la ciudad de los canales. Y tampoco faltan quienes hacen negocio con llaveros, tazas o bolígrafos, entre otros objetos, que recuerdan el redondo aniversario.

Han pasado diez años y la pareja ha tenido tres hijas: las princesas Catharina-Amalia (2003), Alexia (2005) y Ariane (2007). Máxima se ha ganado el favor de sus súbditos por su manera ser cálida, cercana, casi siempre lejos del boato y la rigidez que imponeel protocolo.

Según una encuesta realizada en abril del año pasado por el instituto demoscópico Synovate para la radiotelevisión pública holandesa (NOS), Máxima es la más popular de la Casa Real: con un 53 por ciento de aprobación, seguida de la propia reina Beatriz. Además, un 73 por ciento de los encuestados quiere que los Países Bajos sigan siendo una monarquía parlamentaria y continúan brindando su apoyo a la reina Beatriz.

El jueves próximo todo serán celebraciones. Lejos quedan momentos duros para la princesa, como cuando el gobierno del entonces primer ministro socialdemócrata holandés Wim Kok, del Partido del Trabajo (laborista, Pvda), vetó la asistencia a la boda real al padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, debido a su pasado político.

Jorge Zorreguieta ocupó el cargo de Secretario de Agricultura y Ganadería durante la dictadura de Jorge Rafael Videla en pleno período de facto (1976-1983) en Argentina. Tampoco asistió a la boda su madre, Carmen Cerruti, lo cual supuso un duro golpe emocional para Máxima.

Precisamente, otro momento emocionante que permanece indeleble en la memoria de los holandeses se produjo durante la ceremonia del enlace religioso en la Nieuwe Kerk.

Máxima no pudo evitar llorar cuando sonó la música del tango "Adiós Nonino", del argentino Astor Piazzola (1921-1992) al bandoneón de Carel Kraayenhof, del grupo de tango "Sexteto Canyengue". De hecho, el CD con la música que sonó en la boda religiosa se convirtió en un éxito de ventas en Holanda en 2002.

 

Según una encuesta que realizó la NOS en 2002, no sólo Máxima lloró amargamente por la ausencia de sus padres en la ceremonia: cerca de 2,2 millones de televidentes holandeses admitieron que también dejaron escapar una lágrima por la emoción justo en ese momento.

Tampoco se hablará el jueves de una de las polémicas de los últimos años en torno a Máxima y Guillermo-Alejando: su mansión de lujo en Machangulo, Mozambique, que vendieron hace dos semanas por un precio simbólico, después de que les trajera más sinsabores que alegrías.

Los príncipes se embarcaron en ese proyecto en 2007, con el fin de tener un lugar tranquilo donde pasar sus vacaciones y, al mismo tiempo, aseguraron que la inversión ayudaría al desarrollo local, en un país muy pobre.

No obstante, les llovieron las críticas, especialmente a partir de 2008, por haber hecho esa adquisición en un momento de grave crisis económica. Además, según destapó el año pasado una investigación del periódico holandés "De Volkskrant", la pareja habría usado un paraíso fiscal para comprar, al menos, una parte de esa residencia.

Pero, al margen de momentos agrios, en general el balance es muy positivo para los dos, y el encanto personal que rezuma Máxima Zorreguieta no deja indiferente a nadie. "Es el arma secreta" de la Casa Real, comenta el columnista de la NOS Piet van Asseldonk en su blog de la emisora pública.

Armas (dialécticas) no le vienen mal a la monarquía holandesa. A pesar del apoyo popular, los "Orange" tienen delante a un crítico muy duro: el polémico Geert Wilders, líder del populista de derechas e islamófobo Partido de la Libertad (PVV), que aunque no forma parte del gabinete de gobierno con los liberales de derechas (VVD) y los democristianos (CDA), sí presta apoyos parlamentarios decisivos al gabinete. Wilders no deja pasar ocasión para cuestionar tal o cual decisión de la reina o de los príncipes.

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