La afición por la música clásica de la Reina y de Sonsoles Espinosa, esposa de Zapatero, ha establecido una buena relación entre las dos ‘primeras damas’

El Teatro Real inauguraba su temporada con la representación de la ópera “Eugenio Oneguin", de Piotr Ilich Chaikovski, a cargo de la compañía del Teatro Bolshoi de Moscú. Con esta obra, comienza una nueva etapa en el coliseo madrileño con el belga Gérard Mortier como nuevo director artístico.

Según ha podido saber Monarquía Confidencial, durante la representación doña Sofía ocupó su habitual asiento en el Palco Real, mientras que Sonsoles Espinosa lo hizo en el del Ministerio de Cultura. La esposa del presidente se marchó nada más concluir la función, mientras que la Reina se quedó felicitando a los actores y responsables de la obra.

Al parecer, a pesar de que Sonsoles Espinosa llegó con bastante antelación al Teatro Real, la mujer del presidente del Gobierno cumplió el protocolo y esperó, junto al resto de personalidades, la entrada de la Reina, a la que recibió y acompañó en el vestíbulo.

En un rato, se les vio relajadas y compartiendo saludos. Ambas han establecido una buena relación gracias a la música.

Doña Sofía es una consumida melómana. Resulta habitual verla acudir a conciertos y recitales. Este verano, aprovechó su estancia en Marivent para asistir a la apertura del festival de Chopin de Valldemosa, del que es presidenta de honor.

Sonsoles Espinosa, que cultiva habitualmente la música, es soprano sustituta del coro del Teatro Real, y actuó en la representación de “Simon Bocanegra”. Doña Sofía le vio en esta obra protagonizada por Placido Domingo, gran amigo también de doña Sofía.

La presencia en el Real no era el primer encuentro entre doña Sofía y la esposa de Zapatero.  Han coincidido en varias ocasiones en los almuerzos oficiales mantenidos entre el Rey y el presidente de Gobierno en el Palacio de la Moncloa y en Marivent.