Don Juan Carlos pasa por primera vez revista a las tropas en un vehículo: se puso de pie hasta 30 veces en los momentos solemnes, entonó emocionado 'La muerte no es el final'

El rey pasó revista en un vehículo militar, pero se levantó con ayuda de una muleta en los momentos señalados del desfile del Día de la Fiesta Nacional -hasta 30 veces-, como, por ejemplo, para honrar a la bandera o en el homenaje a los caídos. En la recepción del Palacio Real, saludó de forma general a todas las autoridades, en lugar de permanecer de pie frente a todos los invitados. Don Juan Carlos se emocionó durante el homenaje a los caídos y entonó en voz alta, junto al príncipe Felipe, 'La muerte no es el final'.

La presencia de don Juan Carlos fue seguida con mucho interés debido al delicado estado de su rodilla, de la que fue operado recientemente. El monarca pasó revista a la Guardia Real subido en un vehículo militar, una de las novedades de este año. Minutos antes de su llegada, un integrante de la Guardia Real sufrió un desvanecimiento y quedó inconsciente un par de minutos. Finalmente se recuperó y fue su posición fue cubierta por otro compañero.

El rey permaneció sentado durante el desfile, aunque se levantó en multitud de ocasiones para escuchar el himno militar, el izado de la bandera, el homenaje a los caídos, y para hacer el saludo militar a las banderas de cada Unidad. Monarquía Confidencial pudo contar hasta 27 veces en las que don Juan Carlos se levantó de su silla.

La última parte del desfile, visiblemente cansado, la pasó sentado. Finalmente se marchó de la tribuna con ciertas dificultades para bajar por las escaleras. El rey se despidió de forma cariñosa con Zapatero. Se le vio muy sonriente durante todo el acto.

La reina doña Sofía, los príncipes de Asturias, la infanta Elena y los duques de Palma acompañaron al rey a pie mientras pasaba revista. Fuera de la tribuna real estuvo Felipe Juan Froilán, hijo de la infanta Elena, que siguió en primera fila la parada militar con motivo del Día de la Hispanidad.

Una vez finalizado el protocolo, los reyes montaron en el Roll Royce Phantom 4, escoltado por la Guardia Real a caballo. Se dirigieron hasta el Palacio Real, donde tuvo lugar la tradicional recepción a las altas autoridades del Estado, que también sufrió ciertos cambios debido a la convalecencia del rey de la operación del tendón de Aquiles: el monarca dio la bienvenida de forma general a todas las autoridades, en lugar de esperar de pie al saludo individual de cada invitado.

Hubo gestos emotivos en la tribuna de la Familia Real, cuando el rey y el príncipe Felipe cantaron en voz alta la canción 'La muerte no es el final', en honor a los soldados fallecidos en misiones en el exterior. El homenaje terminó con el ofrecimiento de una corona de laureles a la bandera y el aplauso de los asistentes y del príncipe, visiblemente emocionado.

Don Juan Carlos se mostró especialmente cercano con la ministra de Defensa, Carme Chacón, a la que le felicitó por la organización del acto. Se detuvo, especialmente, frente al presidente de la Hermandad de Veteranos. Este año, la unidad ha destacado por la participación de un veterano ciego y otro parapléjico entre los cinco militares retirados que representarán al colectivo.

 

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