Tras seis horas de declaración

La infanta Cristina salió ‘airosa’ de los Juzgados de Palma: salvó la rampa con un ‘minipaseíllo’ y señaló a Urdangarín como culpable

El juez Castro fue ovacionado por los manifestantes

La infanta Cristina antes de entrar a los Juzgados.
La infanta Cristina antes de entrar a los Juzgados.

La comparecencia de doña Cristina ante el juez Castro celebrada este fin de semana no estuvo exenta de polémica. La infanta no sólo evitó el ‘paseíllo’ bajando la rampa de acceso a los Juzgados en coche, también se desvinculó de los negocios de Urdangarín durante su declaración.


Ayer por la mañana, la hija del rey aterrizó en Palma en un vuelo regular procedente de Barcelona. Minutos después, en torno a las diez horas, doña Cristina llegó a los Juzgados.

Cientos de medios de comunicación nacionales e internacionales se agolpaban en las inmediaciones del recinto para captar la esperada imagen de la infanta descendiendo la rampa, como ya hizo Urdangarín hace un año. Sin embargo, doña Cristina evitó esta opción.

El ‘minipaseíllo’

Cumpliéndose el pronóstico anticipado hace unos días, la infanta no hizo el ‘paseíllo’. En su lugar, la hija del rey bajó la rampa de acceso al tribunal en el interior de un coche Ford oscuro. Descendió del vehículo cuando se encontraba a escasos metros de la puerta trasera del Juzgado.

Concretamente, doña Cristina sólo tuvo que avanzar once pasos para entrar al edificio. Un ‘minipaseíllo’ que dista bastante del recorrido por Urdangarín el día de su comparencia: el duque de Palma caminó setenta pasos.

Una vez en el interior, la infanta no pasó por el arco de seguridad, pero si se desprendió de su teléfono móvil antes de entrar a la sala, al igual que el resto de los asistentes.

El gesto sonriente de la infanta

La actitud de la hija de don Juan Carlos a su salida y entrada del Juzgado llamó especialmente la atención. Doña Cristina llegó muy sonriente.

La infanta también aparentó tranquilidad y seguridad ante los medios de comunicación. Además, algunas de las personas presentes en la declaración afirmaron que doña Cristina mantuvo la calma durante todo el interrogatorio.

 

Doña Cristina se desvincula de los negocios de Urdangarín

La hija del rey pasó ocho horas en los Juzgados, de las cuales casi seis fueron de interrogatorio. Durante el proceso, la infanta respondió a cuatrocientas preguntas del juez Castro y se sometió a una hora y media de declaraciones con el resto de letrados.

En su comparecencia, la infanta se desvinculó de la actividad de Aizoon, empresa que compartía al cincuenta por ciento con el duque de Palma, y señaló a éste como responsable de los negocios.

Evasivas como “no me consta”, “no lo recuerdo” o “no lo sé” fueron las más utilizadas por doña Cristina para negar su relación con las gestiones realizadas a través de la empresa familiar. Se escudó en que confiaba plenamente en su marido para justificar su desconocimiento sobre estas actividades.

Sin embargo, la infanta reconoció que el rey le había aconsejado a Urdangarín, en alguna ocasión, que abandonase los negocios en los que estaba inmerso. Concretamente, la actividad del Instituto Nóos.

Evitó responder a las preguntas formuladas por Manos Limpias

Las evasivas continuaron cuando llegó el turno de preguntas de Manos Limpias, personada como acusación popular en el Caso Nóos.

Según las declaraciones de Virginia López Negrete, abogada de este sindicato, a su salida de los Juzgados, la infanta se negó a responder a las cuestiones planteadas por parte de Manos Limpias.

Este hecho, según palabras de López Negrete, fue debido a que los abogados de doña Cristina le recomendaron que no contestase, lo que Manos Limpias considera “un desprecio y desaire a la sociedad española”.

Final de la comparecencia

La declaración de la infanta finalizó en torno a las seis de la tarde. Una vez terminada la comparecencia, doña Cristina se despidió de todas las personas presentes en la sala dándoles la mano.

A las 18:12 horas, la hija de don Juan Carlos salió de los Juzgados de Palma manteniendo el mismo gesto sonriente que mostró a su entrada.

Subida en el coche en el que se desplazó por la mañana, doña Cristina se marchó al aeropuerto para coger un vuelo con dirección a Madrid.  

Ovaciones para el juez Castro

Una de las salidas más esperadas del Juzgado, tras la de la infanta, fue la del juez instructor del caso, José Castro.

Cientos de manifestantes congregados en las inmediaciones del recinto aplaudieron a Castro a su salida del tribunal. Las ovaciones también se sucedieron durante la jornada, con pancartas de apoyo y gritos de ánimo hacia el juez.





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