Análisis del mensaje del rey. Un discurso muy personal y con alusiones al comportamiento “no ejemplar” de Iñaki Urdangarín

Don Juan Carlos ha protagonizado esta Nochebuena uno de los mensajes más personales que se recuerdan, pronunciado con fuerza y convicción, casi con calor, y en el que se ha leído entre líneas una referencia bastante clara al caso de su yerno, Iñaki Urdangarín.

A pesar de que, desde instancias de la propia Zarzuela, se habló de un discurso corto y centrado en la economía, la realidad es que las palabras de don Juan Carlos han tenido la duración habitual, en torno a los 15 minutos, y el rey ha abordado otras muchas cuestiones.

Sin gafas y una foto de Rajoy y Zapatero

La escenografía del mensaje del rey ha sido la habitual: don Juan Carlos sentado, a su derecha un nacimiento y un árbol de Navidad, a su izquierda (tal como se apreció en varias de las imágenes de TVE), sobre una cómoda, una fotografía suya flanqueado por Mariano Rajoy y Rodríguez Zapatero, tomada durante la jura del primero como presidente del Gobierno.

El monarca ha aparecido con buen aspecto, con el rastro más delgado, sin muestras del problema que tuvo en los ojos y, por supuesto, sin gafas negras.

“En mi corazón”

La implicación personal de don Juan Carlos se ha manifestado en expresiones como “quiero hablaros con sinceridad y realismo”, con confianza en el pueblo español, “al que quiero con todo mi corazón y al que a lo largo de estos treinta y seis años de reinado he aprendido a conocer a fondo y a admirar con orgullo”.

En la parte final, ha hablado de los muchos mensajes que querría hacer llegar a todos. “Sabed que todos estáis en mi corazón y en mi pensamiento”.

La crisis

Sobre la crisis económica, ha dicho que hay que “reconocer con humildad cuáles han sido los comportamientos en los que, como individuos y como grupo, hayamos podido equivocarnos”. Han de combatirla los políticos y agentes sociales, y a mí “me corresponde, como Jefe del Estado, animar a esas instancias a trabajar sumando voluntades, no restándolas; acercando posiciones, no distanciándolas; buscando avenencias, no rechazándolas. Animarles a trabajar con diálogo y altura de miras, con rigor y convicción”.

 

La crisis es internacional pero tiene perfiles nacionales, el más doloroso la elevada tasa de desempleo, “moralmente inasumible para un país vertebrado, moderno y solidario como el nuestro”. Ésa debe ser la prioridad. “Todas las medidas que se adopten deben tener como objetivo final la recuperación del empleo”

Don Juan Carlos ha ratificado la vocación europeísta de España, pero sin olvidar los lazos “con las naciones iberoamericanas y con nuestros vecinos de la orilla sur del Mediterráneo”, en alusión a Marruecos.

Comportamientos no ejemplares

Don Juan Carlos ha añadido que, junto a la crisis, “me preocupa también enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones”. Sin citarla, aquí podría entenderse una referencia a la propia monarquía.

Y las siguientes palabras se han leído como una alusión a los problemas de Iñaki Urdangarín, sobre todo al utilizar la palabra “ejemplaridad”, que fue precisamente la crítica que se hizo al duque de Palma desde La Zarzuela.

“Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar. Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos”.

Esa referencia a la justicia, y que es igual para todos, también se ha escuchado como un cierto telón de fondo al caso de su yerno y la voluntad de que todo se aclares y, en su caso, se pague.

No generalizar

Las siguientes frases han pretendido, sin embargo, situar en su justo nivel el problema, cuando ha dicho: “No debemos, sin embargo, generalizar los comportamientos individuales, so pena de cometer una gran injusticia con la inmensa mayoría de servidores públicos, y también de empresarios o trabajadores del sector privado, que desarrollan su labor de forma ejemplar y honesta. De lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad”.

Se entendía como posible trasfondo la repercusión del caso Urdangarín sobre la propia monarquía.

ETA y su desaparición

Muy claro ha sido el rey en su crítica al terrorismo: “los proyectos totalitarios no tienen cabida en la España democrática”. Y ha calificado de “intolerable” la pretensión de los terroristas de conseguir objetivos políticos mediante el uso de la violencia.

“Ahora es ya tiempo de que los terroristas entreguen sus armas asesinas y desaparezcan para siempre de nuestras vidas”, ha afirmado con rotundidad. Y ha destacado la deuda de gratitud hacia las víctimas.

La Corona y el príncipe

Tras aludir a las elecciones y la alternancia política que se ha producido, ha afirmado que, en este nuevo escenario, “la Corona, en tanto que símbolo de la unidad y permanencia del Estado, seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios en favor de una convivencia integradora”.

Hemos demostrado con creces que, cuando estamos unidos y seguros de lo que queremos, sabemos dar respuesta a los retos más complejos. “Y para ello siempre contaréis con el mayor y mejor hacer de la Corona”.

Tras dar las gracias a quienes se habían interesado por su salud, “felizmente recuperada”, el rey se ha referido a su hijo con palabras muy elogiosas:

“En este tiempo, he podido apreciar, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona en el servicio a los españoles y a España, a su democracia, a su Estado de Derecho, a sus libertades, a su unidad y su diversidad, y a la defensa de sus intereses en todo el mundo”.

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