Nueva residencia para los príncipes de Dinamarca

Federico y Mary pronto comenzarán los quehaceres de la mudanza. El palacio de Frederik VIII de Copenhague será su nueva casa, la cual ha sufrido una reforma de cinco años con un coste de unos trece millones de libras.

Allí vivía la abuela del príncipe, Ingrid, hasta que murió en el año 2000. La residencia, un fastuoso palacio de siglo XVII, ha tenido un cambio importante por dentro y ahora, techos, paredes y sobre todo la electricidad, han sido modernizados para adecuarlo al gusto de los príncipes. Sin embargo, en medida, han respetado parte de la arquitectura antigua, como la tapicería de oro, puertas y algunos espejos de gran calidad.

La parte novedosa ha venido cuando Federico y Mary decidieron ceder ocho de las habitaciones, a jóvenes diseñadores de Dinamarca, para que hicieran los cuartos a su gusto. Los antiguos baños, solo cuatro debido al gran tamaño que tenían, han sido divididos hasta conseguir veinte, para darles mayor utilidad.

Como “capricho” de la princesa Mary, una terraza en el tejado de unos 70 metros cuadrados y equipada con barbacoa. Después de los último retoques y a partir de febrero, el palacio se abrirá al público para que pueda ser visto, aunque habrá espacios privados que estarán cerrados para seguir conservando la intimidad de sus “reales” inquilinos.

 

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