Así se entrenan los jinetes de la Guardia Real para ejecutar un relevo solemne en Madrid
El acuartelamiento de “La Reina” y “La Princesa” es el epicentro de los “bailes” que los caballos realizan en la plaza de la Armería del Palacio Real
- Caballos de pura raza española
- Entrenamiento especial
- Curso de Equitación
- Lanza de Coligüe
- Relevo solemne con la Guardia Civil
La Guardia Real ha abierto las puertas de sus instalaciones de equitación a Monarquía Confidencial en un día donde los militares se encontraban ensayando el relevo solemne que se ha organizado para este miércoles 12 de abril.
El acuartelamiento de “La Reina” y “La Princesa”, en El Pardo (Madrid) es el epicentro de todas las actividades que llevan a cabo los jinetes para poner a punto a los caballos. Según ha podido saber MC, el Escuadrón de Escolta Real lo componen alrededor de 100 jinetes y 100 caballos.
Este diario ha tenido el privilegio de asistir a un “baile” con varios jinetes que componen las secciones de coraceros y lanceros, dos categorías que forman, junto a la banda de clarines y timbales y Escuadra de Batidores, el Escuadrón de Escolta Real.
El Escuadrón de Escolta Real es la única unidad montada que queda en las Fuerzas Armadas, para proporcionar las escoltas solemnes a caballo y participar en la protección de las instalaciones del Palacio de la Zarzuela y en otros dispositivos de seguridad.
Caballos de pura raza española
El caballo que se utiliza actualmente en esta unidad de la Guardia Real es el español o pura raza española (PRE), con capas negras, castañas y tordas.
Se trata de una raza antigua que tiene su origen en el siglo XVI, cuando Felipe II encargó a Diego López de Haro, marqués de El Carpio, la creación de las caballerizas reales de Córdoba.
Allí agrupó los mejores sementales y yeguas de las tierras que bordean el Guadalquivir, siendo esta yeguada real el origen de la raza del caballo andaluz.
Los avatares políticos en la España del siglo XIX dañaron considerablemente la cabaña equina nacional. A causa de la invasión napoleónica en 1808 las yeguas de las caballerizas cordobesas se trasladaron a las islas Baleares para preservarlas del expolio. Una vez terminada la guerra contra Francia, en 1814, se trasladaron a la yeguada de Aranjuez.
En 1893 el Ministerio de Guerra organizó la cría caballar en España, ubicando la yeguada nacional, que luego sería militar, en la Hacienda de Moratalla, en Hornachuelos y Posadas. Para la recuperación del caballo andaluz se utilizaron dieciocho yeguas procedentes de Córdoba, Montilla y Jerez de la Frontera.
En 1912 Cría Caballar, que dependía del Ejército de Tierra, abrió en España el primer libro para inscribir a los caballos tradicionalmente llamados “andaluces” como pura raza española (P. R. E.).
Durante la Segunda República, las competencias de la cría caballar se trasladaron primero al Ministerio de Fomento, para pasar a depender posteriormente del de Agricultura. En 1956 estas competencias regresaron de nuevo al Ejército de Tierra, de quien dependen en la actualidad.
Entrenamiento especial
Los caballos son seleccionados por la Guardia Real cuando tienen entre tres y cuatro años. Cada uno se asigna a un jinete, para que se habitúe a ser montado por una misma persona.
A partir de ahí, se somete a un entrenamiento especial para que el caballo no reaccione de forma indebida ante ambientes con muchos ruidos, rodeados de personas, con luces, vehículos a motor...
En las instalaciones de la Guardia Real, los jinetes entrenan con los caballos todo tipo de posibles incidencias. Se utilizan, por ejemplo, banderas para recrear los muchos colores y movimientos a los que se enfrenta la vista de un caballo cuando, por ejemplo, escolta al rey por una avenida de una ciudad como el Paseo de la Castellana de Madrid en un gran evento como el desfile militar del 12 de octubre.
También se simulan explosiones, disparos y otros ruidos similares, para acostumbrar a los caballos y que si esas situaciones se dan durante una escolta real, no se sobresalten en exceso.
La pista de equitación cuenta con unos espejos que permiten a los jinetes y a los instructores revisar una y otra vez los movimientos con los caballos, para corregirlos.
Los caballos permanecen en el escuadrón mientras se mantengan en condiciones adecuadas para estos despliegues. Muchos aguantan hasta su fallecimiento, si bien cuando se van haciendo mayores, pasados los 20 años, se les cuida más.
También es habitual que a estos caballos más veteranos se les reubique, por ejemplo, en la Banda de Clarines y Timbales. Ahí los animales se ven sometidos al ruido de los instrumentos musicales a pocos centímetros de los oídos, por lo que se requieren caballos especialmente tranquilos, que ya tengan gran experiencia en eventos de este tipo.
Curso de Equitación
Los militares de la Guardia Real pertenece al Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. Los efectivos que son destinados al Escuadrón de Escolta Real, si bien en algunas ocasiones ya saben montar a caballo, tiene que superar un Curso de Equitación.
De esta formación se encarga el Núcleo de Enseñanza Ecuestre (al mando de un comandante), que proporciona la enseñanza básica del jinete para desempeñar los cometidos específicos de las unidades a caballo.
Lanza de Coligüe
Las lanzas en caña de Coligüe fueron un regalo del gobierno argentino al rey Alfonso XIII, competa y en muy buen estado versión de 210 cm para uso no montado. Completa con su recazo, banderín y punta en latón sobredorado con escudo de España.
Era un arma sumamente básica, sin los refinamientos del modelo anterior. El asta se fabricó con caña de coligüe, una variedad de bambú que crece de forma muy abundante en determinadas zonas andinas de Argentina y Chile, lo que abarataba enormemente el costo de producción de esta arma.
La moharra estaba conformada por un tubo sin soldadura de forma tronco-cónica en el que se soldaba una cuchilla vaciada a dos mesas con una nervadura central.
El asta no se fijaba mediante remaches ya que la caña, al ser hueca, se debilitaría al ser perforada, así que se ideó un curioso sistema: se introducía en el cubo, previamente abocardado para facilitar la introducción del asta, de forma que un nudo penetrase en el mismo unos 10 mm. para, a continuación, prensar el extremo y cerrándolo sobre el asta, impidiendo de ese modo que se pudiera desprender al actuar el nudo de la caña como tope interior.
Relevo solemne con la Guardia Civil
Este relevo será especial, ya que la Guardia Real contará con la presencia de miembros a caballo de la Guardia Civil.
Por ello, varios jinetes del escuadrón de caballería de la Benemérita se han desplazado hasta las instalaciones de El Pardo para coordinar los pasos y el baile con los caballos.
Esta tradición viene de lejos. Y es que, se trata de un privilegio concedido por Alfonso XIII, por el que otorgaba a la Guardia Civil la participación en el relevo de la guardia en consideración por los servicios del Instituto Armado y como prueba de su alta estimación.
La Real Orden de 27 de octubre de 1921 establecía que una vez al año la Guardia Civil ejecutara el relevo de la guardia exterior del Palacio Real para conmemorar la creación del “Benemérito Instituto”.
La Guardia Civil realizó el relevo de la guardia durante diez años, de 1921 a 1931, coincidiendo con la fecha en la que se conmemora la creación del Cuerpo, el 28 de marzo de 1844. El relevo fue disuelto con la proclamación de la II República.
Se realizó por última vez el 28 de marzo de 1931. Esta actividad se retomó en 2019, con motivo del 175 aniversario de la fundación de la Guardia Civil.
