Juan Carlos I, ‘obsesionado’ sobre qué pasará cuando fallezca y donde lo enterrarán
Su asistencia a los funerales de Isabel II y de Constantino de Grecia le ha suscitado esa inquietud y el temor a morir fuera de España
- El Panteón de Reyes
- Una nueva cripta
- Juan Carlos, obsesionado
- Honores militares
- Guardia de honor
- Los funerales de Isabel II
Juan Carlos I ha empezado a residir en Ginebra, en el hotel Four Seasons, con motivo del tratamiento que está recibiendo en el prestigioso Hôpital de La Tour, especializado en medicina deportiva, con el objetivo de mejorar la movilidad en su pierna izquierda.
Y una de las cuestiones que le inquietan en estos momentos, según ha sabido Monarquía Confidencial, son las incógnitas sobre qué ocurrirá cuando fallezca, más aún si eso sucede encontrándose todavía fuera de España.
El Panteón de Reyes
Siendo rey, Juan Carlos I nunca quiso hablar sobre el final de su vida, y, más en concreto, sobre donde le enterrarían.
El asunto tenía interés porque en El Escorial, en el Panteón de Reyes, solamente quedaban dos urnas disponibles, de las 26 de que consta ese recinto. Y se complicó más cuando el propio Juan Carlos decidió que esos puestos los ocuparan su padre, don Juan de Borbón, y su madre, doña María de las Mercedes.
La opción de ubicar en la cripta real al Conde de Barcelona rompe con la norma que hasta ahora se ha aplicado, que era enterrar allí a reyes, y también a reinas que han sido madres de reyes. Doña María de las Mercedes sí es madre de rey, pero don Juan no fue rey, por mucho que en el féretro se lea actualmente “Juan III”.
Una nueva cripta
Según fuentes cercanas al emérito consultadas por Monarquía Confidencial, Patrimonio del Estado, entidad de la que depende el Monasterio de El Escorial, se planteó en el pasado qué solución arbitrar para remediar la ausencia de un lugar específico donde enterrar a los futuros reyes. Por diferencias de rango, la opción del Panteón de Infantes, en el propio monasterio, donde sí existe espacio suficiente, no resulta viable.
En Patrimonio conservan un proyecto arquitectónico, perfilado pero no aprobado, consistente en construir una nueva cámara real, también subterránea, conectada con el actual Panteón de Reyes.
Juan Carlos, obsesionado
Personas cercanas al rey emérito, a las que ha tenido acceso MC, cuentan que ahora el asunto de su enterramiento sí ha comenzado a interesar a don Juan Carlos.
Más aún, empieza a mostrarse ‘obsesionado’ por cómo se organizarán las cosas cuando fallezca. Y eso ha llegado a influirle anímicamente, hasta el punto de mostrarse en ocasiones decaído ante esas incógnitas.
Honores militares
Desde el punto de vista legal, don Juan Carlos es miembro de la Familia Real y sigue teniendo la condición de rey emérito, y, por tanto, cuando fallezca le corresponden honras fúnebres de ex jefe de Estado.
Según el Reglamento de Honores Militares, aprobado en 2010, cuando se produce el fallecimiento de un miembro de la Familia Real, Presidencia del Gobierno y la Casa del Rey organizan las honras fúnebres.
Le corresponden honores militares rendidos por unidad con bandera, banda y música, consistentes en la interpretación del himno nacional completo, arma presentada y una descarga de fusilería.
Guardia de honor
Cabe incluso la posibilidad (está permitido) de la constitución de piquetes de honor, que acompañen a los restos mortales, y de que las fuerzas cubran la carrera por la que discurra la comitiva, además de la utilización de un armón de artillería para transportar el féretro, como en su día se hizo con el traslado de los restos de Alfonso XIII a El Escorial.
Las fuerzas que acompañen al féretro lo harán con las armas a la funerala, las banderas enrolladas y con corbata negra, las cornetas con sordina, y los tambores destemplados y enlutados.
De acuerdo con ese reglamento, si el fallecimiento se produce en el extranjero, los honores fúnebres militares se rendirán en territorio nacional, una vez que hayan sido repatriados los restos mortales.
Los funerales de Isabel II
Personas cercanas a don Juan Carlos relatan que la preocupación por cómo se organizará su entierro, que hasta ese momento no había mencionado, surgió con fuerza tras asistir a las honras fúnebres por la reina Isabel II de Inglaterra, celebradas en Westminster, en las que el emérito estuvo presente, incluso en un lugar principal.
La brillantez de la ceremonia de despedida, la presencia de personalidades, le despertó entonces una cierta ‘envidia’, que desde entonces incluso ha ido a más. Y por eso le inquieta qué se hará con él cuando fallezca.
Tal como adelantó en su día Confidencial Digital, Juan Carlos I tiene acordado con su hijo, Felipe VI, un regreso definitivo a España en caso de tener que someterse a tratamiento por enfermedad grave, o a una intervención de urgencia que comprometa seriamente su vida.
Nadie, ni siquiera el actual Gobierno, querría un fallecimiento del rey emérito fuera de España.
